COUNSELLING.


Existen diferentes modelos de orientación desde los que partir a la hora de realizar una sesión de orientación. El primero que vamos a ver es el modelo de orientación llamado Counselling de Carl Rogers.

En este modelo se entiende la orientación personal como una relación de ayuda, pero centrado en el presente, en el “aquí” y “ahora”, movilizando los recursos del presente.

Ya no se basa en buscar la explicación en el pasado de lo que ocurre en el presente, como hacía Freud, ya que parte de la concepción de que una persona no puede vivir otra cosa que no sea el presente, el pasado existe, pero el mayor potencial de cambio se encuentra en el presente, que es en lo que yo soy responsable.

Con este modelo lo que se pretende es el crecimiento de la persona, del mismo modo que su desarrollo y maduración, para que sea capaz de funcionar mejor.
Para conseguir todo esto es necesario fomentar la seguridad y autoconfianza  de la persona, su autoestima. Del mismo modo que la capacidad de elegir, que sea ella misma quien decida lo que quiere y lo que no.

Uno de los principales recursos de este modelo es, como bien he dicho antes, la relación que se establece.  Siempre tiene que ser el mismo orientador para que se pueda llegar a la ayuda mediante el vínculo creado entre orientador y persona que solicita la ayuda.

Pero esta relación de ayuda que se crea no debe consistir únicamente en dar información o consejos y sugerencias, sino que debe basarse en plantearle preguntas a la otra persona que le hagan reflexionar y darse cuenta de lo que ella realmente quiere, esta es la única manera de evitar la dependencia.

En este modelo las características que debe tener un buen orientador, mencionadas anteriormente, pueden verse afectadas y ser conflictivas en la figura del orientador.

Ø  Competencia: debido a la unión de la competencia y el temor, se puede llegar a dar la incompetencia, la cual puede estar ocasionada por el temor al fracaso o al éxito.

Ø  Poder: los sentimientos del orientador no resueltos con él mismo en relación al poder y control pueden llegar a ocasionar impotencia, pasividad y dependencia con el paciente.

Ø  Intimidad: las necesidades íntimas no resueltas pueden llegar a ocasionar que el orientador necesite ser aceptado por el paciente, del mismo modo, puede originarse un temor a decepcionar o incluso la búsqueda de feedback positivo para estar seguro de su valor y afecto.

Para concluir, debemos tener claro en todo momento que el orientador no es responsable de la vida de otra persona, los sentimientos deben estar presentes en toda relación de ayuda, pero debemos tener una distancia y saber que no podemos cambiarle la vida. Esto es lo que recibe el nombre de profesionalidad.

CARACTERÍSTICAS QUE TIENE QUE TENER UN BUEN ORIENTADOR.


¿QUÉ CARACTERÍSTICAS DEBE TENER UN BUEN ORIENTADOR?

La figura del orientador está formada por tres aspectos que son:
- Competencia.
- Poder.
- Intimidad.

En relación con las COMPETENCIAS es necesario que aparezcan las siguientes:
  •        Un buen orientador debe ser confidente.
  •     Tener empatía con la persona que solicita ayuda.
  •      La neutralidad tiene que estar presente en todo momento de la sesión.
  •     Debe controlar la comunicación verbal y no verbal para que ésta sea buena y se cree un clima favorable y óptimo.
  •     La escucha activa es primordial.
  •      Asertividad.
  •     Responsabilidad.
  •      Cualificación.


Respecto al PODER que ejerce el orientador sobre la persona que solicita ayuda, es necesario tener claro que es un arma de doble filo, por lo que hay que saber llevarlo, para poder utilizar el poder de la mejor manera posible se deben dar:  
  • La reflexión personal (autocrítica) juega un papel primordial a la hora de saber llevarlo, ya que nos ayuda a ver en qué aspectos no estamos actuando de manera óptima y cambiar eso. 
  • Autocontrol. 
  • Profesionalidad, en la que influye el autoestima, para poder hacer un uso optimo de nuestro poder tenemos que estar seguros de nosotros mismos y no sentirnos con la necesidad de demostrar nuestro valor en ningún momento.


Por último, para que se pueda dar la INTIMIDAD se necesita:
  • Confidencia, que la persona se siente a gusto en la sesión y tenga la confianza de contar sus intimidades sabiendo que el orientador sólo quiere ayudarla. 
  • Una autoestima alta, ya que la baja autoestima nos hace vulnerables a la afirmación de los demás. Esto hará que ejerza más poder sobre el paciente debido a que estaré a la defensiva, lo cual no facilitará la intimidad y confianza.

Tras analizar las diferentes características que debe tener un buen orientador, considero que hay 5 competencias, puntuadas del 1 al 10, que me gustaría mejorar de cara a mi vida personal y laboral, son las siguientes:

·    Neutralidad (4): me considero una persona bastante transparente e impulsiva, esto hace que de manera inconsciente me posicione siempre y me decante por la postura que más se acerca a mi manera de pensar. Considero que es algo que debería cambiar, ya que posicionándome es imposible que pueda ayudar.

·  Asertividad (4): como ya he mencionado antes me considero una persona impulsiva, cuando algo no me gusta se me nota y si estoy enfadada o tengo que decir algo que me molesta lo hago, en muchas ocasiones no controlo la manera de decir las cosas y eso puede hacer daño a la gente. Debo cambiar eso, aunque siga diciendo lo que pienso, decirlo de la mejor manera posible.

·     Empatía (7): me considero una persona bastante empática, pero creo que la empatía es un aspecto fundamental, el llegar a sentir lo que la otra persona siente es primordial para poder ayudarla, por lo que me gustaría mejorarla.

·       Escucha activa (6): me gusta escuchar a la gente e intentar ayudarla, pero creo que siempre se puede mejorar.


·     Comunicación no verbal (3): soy una persona muy expresiva y cuando algo no me gusta o no estoy de acuerdo con ello se me nota en la cara, no puedo evitarlo. Sé que no es bueno, y sobre todo en esta profesión ya que puede incomodar a la gente y hacer que no se cree un clima óptimo, por lo que me gustaría mejorar esta competencia.

TÉCNICAS DE ORIENTACIÓN PSICOLÓGICA


En la sesión de hoy hemos trabajado el conocimiento de uno mismo, aspecto fundamental a la hora de ser orientador, ya que tenemos que tener totalmente claro como somos, saber cuáles son nuestras virtudes y defectos y a raíz de ahí potenciar las cosas buenas y mejorar los aspectos negativos.

Para trabajar esto la profesora nos ha facilitado una ficha llamada Técnicas de orientación psicológica, en la que aparecían una serie de posibles situaciones que pueden tener lugar a lo largo de nuestra vida profesional, nosotros debíamos clasificarlas según lo que los pareciesen:

   1.       Te hacen sentir incómodo
   2.       Te parecen difíciles
   3.       Te parecen muy difíciles.

En mi opinión, la mayoría de las situaciones que aparecen no me hacen sentir incómoda, aunque son temas delicados, considero que podría afrontarlas de una manera óptima y conseguir ayudar a la persona sin sentirme tensa o bloqueada. Por otro lado, hay algunas de ellas que sí me parecen realmente complicadas o difíciles y por consiguiente incómodas, como son la número 6 y la número 3.


  •  La situación más difícil para mí es la número 6:

Una mujer dice que su marido ha estado bebiendo en exceso durante muchos años. A ella le gustaría dejarle, pero no se atreve a tomar la decisión”.

- Se trata de una situación bastante complicada e incómoda ya que tenemos mucha influencia sobre la persona que necesita ayuda, tenemos poder sobre ella, por lo que lo que nosotros aportemos respecto a este tema va a ser decisivo para ella y se verá reflejado en su actuación. Esto es lo que hace complicada nuestra situación, el tener poder sobre una persona hace que sea necesario que lo utilicemos de una manera responsable.

Otro aspecto que hace complicada esta situación es la aparición de los sentimientos, en esta profesión se toca con los sentimientos de las otras personas, es necesario llegar a ellos para poder ir a ese punto que hace que la persona acuda a pedir ayuda.
Al entrar en la intimidad de la persona que solicita la ayuda, nos estamos implicando, pero es necesario que tengamos claro en todo momento hasta qué punto entramos en esa intimidad y nos implicamos, esto nos lleva a hacernos la siguiente pregunta:

¿HASTA QUÉ PUNTO ES BUENO IMPLICARSE?

La implicación con cada uno de las personas que necesitan ayuda es buena y fundamental, esto nos ayuda a poder empatizar y ofrecerle una mejor ayuda a la persona, pero esto es algo que nos incomoda, ya que nos hace vulnerables.
Hay que implicarse con cada persona, pero teniendo claro en todo momento que somos profesionales que estamos para ayudar  y que éstas personas no dependen de nosotros y por lo tanto no somos responsables de lo que les ocurra.


  •  La segunda situación que me resulta más difícil es la número 3:

“Un hombre de mediana edad no puede comprender por qué su mujer está tan dolida después de la aventura que tuvo últimamente. Para él no significó nada, pero ella no acaba de entenderlo”.

- Desde mi punto de vista sería una situación complicada puesto que debería trabajar mucho en no juzgar a esa persona e intentar ayudarla de la mejor manera posible, dejando a un lado mi opinión y la idea que tenga sobre lo que ha hecho. Esto puede crear momentos incómodos en determinadas ocasiones ya que los temas que se tratarán en la sesión no me van a gustar, por otro lado, me resultaría difícil hacerle ver a la persona que lo que ha hecho está mal moralmente y es por ello por lo que su pareja está dolida.

A continuación hablaré sobre las situaciones, que tras la puesta en común en clase, son las más complicadas para la mayoría.


  •  La situación número 8 ha resultado ser la más complicada:
“Un joven hace comentarios racistas sobre personas pertenecientes a grupos minoritarios”.


 Es una situación complicada ya que la persona a la que tenemos que ayudar tiene unos valores equivocados, valores que no respetan la dignidad de la persona. Para poder ayudarla tenemos que dejar a un lado nuestra opinión.
Todas las personas tenemos un valor, y por ello merecemos tener dignidad, es ahí donde tenemos que llegar en esta situación.


¿EXISTE UNA REALIDAD OBJETIVA?

Existe una realidad objetiva a la que todos podemos responder, como es el caso de la dignidad de la persona, de alguna manera tenemos que provocar a esta persona y ponerla contra la espada y la pared para que llegue a darse cuenta de esa realidad objetiva.


  •  La situación número 1:
“Una mujer de cuarenta y cinco años dice que le han pillado robando en una tienda. Ya había hecho eso en varias ocasiones peor se siente incapaz de dominarse”.

- Se trata de una situación difícil porque entra en juego el aspecto incontrolable, en este caso la mujer  no puede controlar el impulso de robar, y yo me doy cuenta de que incluso para mí hay cosas incontrolables, por lo que empatizo con esa persona.


  •  En la situación número 9:
“Un hombre detenido por conducir ebrio dice que lo único es que fue una mala suerte que lo sorprendieran”

- En este caso, lo complicado es que no podemos juzgar a la persona, tenemos que ver los hechos de una manera objetiva. A raíz de esto nos surge la siguiente pregunta:

¿QUÉ HACEMOS CON LOS SENTIMIENTOS EN ORIENTACIÓN?

Para poder afrontar cualquier caso, lo que debemos hacer es mezclar nuestros sentimientos con las competencias profesionales. Toda persona tiene derecho a ser ayudada, independientemente de lo que haya hecho, por lo que tengo que cambiar mi manera de ver las cosas y entender qué le lleva a esa persona a actuar así, si me quedo sólo en la reacción que me provoca el acto que ha realizado será imposible que le pueda ayudar.

Tras finalizar la sesión podemos sacar en claro que el orientador nunca puede partir de la ideología, ya que así nunca se llega a un acuerdo, y es precisamente esto lo que en muchas ocasiones nos puede hacer sentir incómodos, ya que las situaciones que nos parecen complicadas es porque en cierto modo tocan conmigo en algo.
Para que esto no suceda tenemos que ser conscientes de que actuamos ideológicamente y sin ser objetivos, pero no tiene que ser así.


El instrumento con el que cuenta el orientador para no caer en la ideología es la profesionalidad, esto es lo único que va a permitir que podamos avanzar y ayudar realmente a las personas.

¿QUÉ ES LA ORIENTACIÓN?

Para poder comenzar a meternos de lleno en el mundo de la orientación, en primer lugar tenemos que saber qué es la orientación y en relación a eso, los tipos de orientación que existen.


“La orientación es un proceso de ayuda continuo a todas las personas, en todos sus aspectos, con objeto de potenciar el desarrollo humano a lo largo de toda su vida”.  
Bisquerra y Álvarez (1998).

Existen diferentes tipos de orientación que son los siguientes: 
  • Orientación vocacional: se trata de la orientación dirigida a los estudiantes, enfocada en lo que quisieran estudiar para cumplir sus expectativas.
  • Orientación profesional: es una orientación que se centra en el propio trabajo. La orientación vocacional y profesional tienen un punto en común, la primera es más amplia puesto que en ella se orienta a la persona, a que estudie lo que realmente le gusta, aunque ésta no sepa si realmente se va a dedicar a ello o no. Por otro lado, en la orientación profesional, nos centramos en las salidas profesionales, a lo que se puede dedicar una persona según sus actitudes, intereses o lo que ha estudiado.
  •   Orientación educativa: “Aquella disciplina de las ciencias de la educación que pretende ayudar a las instituciones educativas a conocer, individualizar y, en su caso, intervenir técnicamente en los procesos de enseñanza-aprendizaje, facilitando a los alumnos la realización de opciones personales y toma de decisiones, realistas y apropiadas, así como favoreciendo su madurez personal, profesional y social”. García Nieto (1999)               
Abarca la educación formal y no formal, dura toda la vida, ya que nos tiramos toda la vida educándonos. En este caso ocurriría lo mismo que con la orientación vocacional y profesional, la orientación educativa es mucho más amplia que la escolar, ya que abarca el ámbito formal, en el que ésta estaría incluida, y el ámbito informal de la educación.
  • Orientación personal: “Proceso de ayuda ofrecido al individuo para que pueda resolver los problemas que la vida le plantea. Dicha ayuda implica asesoramiento, tutela, y dirección, y tiende a conseguir la plena madurez del sujeto”. (Roig Ibáñez, 1980)
En este tipo de orientación de trata a la persona, al individuo. Está relacionada con todo tipo de orientación, por lo que podríamos decir que es la más amplia y completa de todas, ya que estemos en la orientación que sea, siempre tratamos con personas.
Se trata de una orientación a la persona, pero de manera específica. Es voluntaria, puesto que es la persona la que tiene que solicitar la ayuda y está orientada al autoconcepto de la persona y al ajuste y maduración personal.
  • Orientación familiar: Servicio de ayuda para la mejora personal de quienes integran una familia. Está muy ligada a la orientación personal, ya que cuanto oriento a una persona estoy metiendo también a su familia, ambos conceptos están unidos, aunque vea a las personas por individual.
Aunque existan muchos tipos de orientación, en este Blog nos centraremos únicamente en la orientación personal y familiar.

ORIENTACIÓN PERSONAL Y FAMILIAR



¡Buenos días! 




Mi nombre es Laura Guío y he creado este Blog a modo de cuaderno de aprendizaje, en el que os iré informando sobre todos los aspectos que iremos viendo en la asignatura Orientación familiar y personal. 



Espero que os guste y que aprendáis y disfrutéis tanto como yo.





Un saludo.